La sra. Soledad Acuña, ocupa el cargo de ministra de Educación de CABA, la habilita el título de militante de un partido político y la licenciatura en Ciencias Políticas y maestría en Administración de Oolíticas Públicas, lo que evidencia su total desconocimiento y preparación específica a todo lo inherente a educación.

Sus expresiones nos remiten a las escuchadas en la gestión anterior “caer en la escuela pública” de Macri, “los pobres no acceden a la universidad” de Vidal, “vagos y culpables del deterioro educativo” de Finocchiaro y “grandes de edad y de bajos recursos quienes eligen ser docente” es el remate de la sra. ministra, en una clara demostración de franco desprecio de la tarea docente; agravada por la situación de que, es ella quien está frente a la cartera docente que menosprecia y cuestiona.

Sus palabras provocan rechazo, repudio, en el colectivo docente y no aportan a la construcción de políticas públicas que mejoren las condiciones de la educación.

Ser docente, es elegir, todos los días, que las ideas y el pensamiento crítico pueden cambiarlo todo y esa es nuestra militancia, no a la que ella se refiere.

Parafraseando a Paulo Freire: “nuestra utopía docente, nuestra sana locura es crear un mundo donde el poder se fundamente de tal manera, en la ética, que sin ella se eche a perder o no sobreviva.

Luchemos contra el desprecio de la cosa pública, contra la mentira, contra la falta de escrúpulos. Y todo eso con momentos de desencanto, pero sin perder nunca la esperanza. No importa en qué sociedad estemos ni a qué sociedad pertenezcamos, nos urge luchar con esperanza y denuedo”.

Continuemos nuestra tarea titánica, orgullosos de haber estado con la escuela abierta y junto a alumnos y familia.

Experiencia única e inédita, que se pudo realizar con profesionalidad docente.

Por Mirta Giorgetti, secretaria general Federación de Educadores Bonaerenses Coronel Rosales.