“Pasamos de las manifestaciones individuales a la construcción de lo colectivo, y esto nos permitió presentarnos ante la sociedad como un movimiento donde pudiesen participar todos aquellos ciudadanos interesados por lo que había sucedido durante la última dictadura cívico-militar aquí en nuestra ciudad y en nuestra región”, recordó Mariano Maras, presidente del Movimiento por la Memoria, Verdad y Justicia de las Víctimas del Terrorismo de Estado en Punta Alta (MOVEJUPA).

En diálogo con el programa Punta Noticias Radio (lunes, martes y jueves, de 7 a 9hs. y sábados de 8 a 11hs. por 97.5MHz), el militante evocó así el 10º aniversario de la organización de derechos humanos creado en nuestra ciudad el 19 de noviembre de 2010.

“Uno de los ideales era mantener viva la memoria, por lo tanto teníamos que poner de manera notoria y pública de que aquí en Punta Alta también teníamos mucho dolor y angustia contenida, que teníamos a muchos conciudadanos que habían sido asesinados, torturados, desaparecidos”, dijo.

Sobre el Terrorismo de Estado que también se hizo sentir en nuestra ciudad a partir del 24 de marzo de 1976, Varas señaló que “sabemos que hay más víctimas de todo lo que pasó en aquel momento. Y no tan solo de muertos o desaparecidos. Sino también de muchos que fueron torturados o que fueron sacados de sus puestos de trabajo tan solo por militar políticamente o por tener algún punto de vista que iba en sentido contrario de lo que había impuesto la dictadura”.

“Nosotros siempre tuvimos la precaución de una vez que conocemos el dato (de una víctima) contactarnos con las familias y ver si están deseosos de contarnos su historia, de manifestar tanto dolor, angustia y olvido. Somos tremendamente respetuosos de esa conciencia familiar”, añadió.

Atento a las características de la sociedad rosaleña, Varas fue consultado sobre si en algún momento advirtieron estar espiados: “Miembros de MOVEJUPA han sentido esa presión, pero descansamos siempre en la tranquilidad de saber lo que perseguíamos y que debíamos actuar como personas auténticas y seres de bien”.

“Nacimos por el compromiso ciudadano y por la responsabilidad que teníamos de decir: en Punta Alta hay otra historia. Y con esto, sin buscarlo, pudimos apaciguar tanto dolor y tanto silencio callado, tanto sufrimiento de familias que no encontraban donde ir a manifestar todo lo que le había sucedido”, sostuvo.

Por último insistió: “Tenemos un compromiso con la memoria, la verdad y la justicia. Y un compromiso más íntimo todavía, con la conciencia de ciudadanos”.