De un inocente juego, saltó a la fama. Así, podría describirse la vida de Rafael Ruppel, más conocido como `Pipa´, un puntaltense de 24 años, que compite profesionalmente en torneos virtuales EA Sports.

“Con mi hermano (Eduardo) siempre fuimos de jugar a cualquier juego. Cuando era pibe, él siempre venía de trabajar y nos sentábamos a jugar al FIFA –videojuego de fútbol–. Hacíamos un torneo diario y siempre uno de los dos se iba enojado (risas), por lo general era él”, inició relatando Ruppel.

Y rápidamente añadió que “hace 5 años cuando salió PUBG –videojuego Battle Royale, donde los participantes se enfrentan para ser el último con vida–, se necesitaba una computadora muy cara, con 19 años no muchos tienen 300 mil pesos para armarse algo, y mi hermano, que me lleva 10 años, me regaló mi primera PC. Él vio el juego y quedó encantado y quería jugarlo conmigo, quien iba a decir que hoy ya jugué cientos de torneos, viaje a Tailandia a representar a mi país y ahora existe la posibilidad de ir a Dubái”.

`Pipa´ vuelve al pasado reciente y recuerda. “Trabajé en atención al público en un local comercial, que justamente es de mi hermano. Lo hice hasta los 21 años, pero decidí dejarlo cuando vi que esto de jugar profesionalmente era una posibilidad certera. Económicamente es muy rentable, los premios son en dólares. Muchas veces no creía que yo este ganando más dinero que mis viejos, que trabajan hace 30 años en la Base Naval Puerto Belgrano como personal civil. Es una locura”.

“Entiendo que no todos tenemos las mismas posibilidades, vengo de una familia trabajadora, no nací en cuna de oro, pero mis viejos se rompieron el lomo para que no falte la comida en casa. Mi papá se llama Erasmo, pero al gordo todos lo conocen como `Neco´, y mi mamá Esperanza”, contó Ruppel, quien además hace streaming en su canal de Twitch, donde suele tener casi mil espectadores simultáneos.

“Tenemos una comunidad que nos apoya en los distintos torneos. Siempre quiero jugar bien para que ellos estén felices, se genera una presión si las cosas salen mal, porque crees que decepcionas a la gente. Actualmente estoy en un certamen por equipos, donde somos cuatro jugadores –lo acompañan un argentino (Szylzen), un chileno (Benja) y un paraguayo (Danitw)–“, afirmó.

En el mundo de la virtualidad, muy desconocido para muchos, cuenta que “compartís con gente de todas las culturas. Imaginate jugamos para un equipo de México, un torneo en Estados Unidos, que es organizado por Corea y en mi equipo somos dos argentinos, un chileno y un paraguayo”.

“Cuando empecé a anotarme en competencias con amigos y hasta con mi hermano, me empezó a gustar. Una vez en una semana quedamos en el segundo lugar tres veces, nos perdimos como 300 dólares y nos queríamos morir (risas)”, manifestó Ruppel.

“Hoy puede ser que sea de los que mejor actualidad tienen, que seguro puedo estar dentro del top 5, pero no me creo el mejor. Con autocritica, con muchísimas ganas, con dedicación y tiempo – casi 8 horas por día – uno va mejorando y ganando experiencia. Además yo con los premios fui armando una mejor computadora.  

Y agregó que “hace un mes volví de Tailandia de ser coach de Argentina en la PUBG National Cup 2022, un torneo que reunía a los dieciséis mejores países con todo pago por la organización. Ahora mismo estoy jugando la final PUBG Continental Series 7, con premios de hasta 250 mil dólares y la posibilidad de viajar al Mundial, que se hace a fin de año en Dubái. Mañana vamos a saber si clasificamos o no, en la gran final”.

“Para algunos esto puede ser una pérdida de tiempo, pero para mí todo lo que hacemos es perder el tiempo. Podes trabajar 15 horas por día y no disfrutar de tu familia o amigos, y eso también es perder el tiempo. Tuve la suerte de insertarme en esto y lo disfruto”, reflexionó.

“A los chicos les diría que lo tomen con pinzas, que si les gusta le metan, pero que no se desvíen del camino de estudiar y trabajar. Yo tarde mucho en decir listo es viable. Uno se especializa en un juego competitivo, como el fútbol, básquet o tenis, y ahí si te podes lanzar”, sentenció.