No fue una tarde de abulia como la que aconteció en los últimos tiempos en esta patria chica rosaleña. Una importante movilización, acaso la mayor de los últimos tiempos, se desarrolló motivada por la angustiante situación de los agentes civiles de la Armada Argentina a quienes no se les renovó el contrato laboral, lo que en muchos casos se remonta hasta 15 años sin resolución, es decir sin ingreso a planta permanente. Lo cual, debe decirse, es un derecho constitucional debidamente expresado en el Artículo 14 Bis de nuestra Carta Magna.

Una gran cantidad de vecinos -a simple vista algo más de dos cuadras de extensión- marchó por calles céntricas, desde la sede de la Asociación de Trabajadores del Estado, gremio convocante, por calle Bernardo de Irigoyen, con una parada frente al puesto Nro. 2 de entrada a la Base Naval Puerto Belgrano; y que continuó por Colón hasta Rivadavia para terminar en el frente del Palacio Comunal adonde se cantó el Himno Nacional Argentino, se efectuaron las últimas arengas y se ofrecieron algunos testimonios.

Es de destacar la participación de muchos vecinos quienes, por medio de pancartas y carteles, indicaron su descontento e incertidumbre sin intenciones sindicalistas o políticas. “Defendemos a los trabajadores y a las fuentes de trabajo” fue la consigna. También participaron afiliados a distintos gremios, algunos funcionarios representantes políticos (locales y bahienses como los del FIT) y algunos ediles. Aunque de estos últimos se esperaba una presencia masiva.

Más allá de la crónica, desde esta columna planteamos una serie de consideraciones que vox populi últimamente se vienen comentando, a los que se sumaron otras. ¿Qué hizo ATE en estos años para no regularizar esta situación? ¿Por qué no se pudo? ¿Por qué no se logró una masiva adhesión a pesar del motivo de la convocatoria? ¿Por qué se extrañaron algunos gestos solidarios como, por ejemplo, que los comercios no cerraron simbólicamente sus vidrieras - algunos pocos lo hicieron - si, al fin y al cabo, también serán perjudicados indirectamente? ¿Cómo continuará el plan de resistencia y lucha? ¿Cómo reaccionará el mayoritario grupo de votantes que adhieren a este sistema de destrucción de fuentes laborales? ¿Cuándo se manifestarán al respecto otros estamentos como la población militar, la Iglesia y otras comunidades religiosas, las organizaciones comerciales y empresariales, las culturales y deportivas? ¿Se contempla la posibilidad de repetir los cierres de los puestos de ingreso a la base naval como ocurrió antaño?

Todas preguntas retóricas que esperan una pronta respuesta en la que deben prevalecer la empatía y la solidaridad.

Mirá el video de la movilización haciendo click acá.

Por Sergio Soler