PUNTA ALTA
25 de Abril de 2024

INTERÉS

A 40 años del show de Serú Girán en Punta Alta

29 de Marzo de 2020

Dicen que las segundas partes nunca son buenas, pero conseguimos material para torcer esa regla. Dante Depascuale encontró el tan ansiado afiche promocional del show. Roberto Guillán relató cómo, siendo un pibe de 17 años, acompañó a la banda a comer al Círculo Oficiales de Mar. Kappy Sánchez recreó una escena de coladas desde un pasillo aledaño al club.Y desde su cuarentena en España, el periodista Marcelo Caballero recordó su intromisión en los camarines. Ahhh, aparecieron más fotos. Informe especial para Punta Noticias escrito por el periodista Javier Tucci.

A 40 años del show de Serú Girán en Punta Alta

A lxs jóvenes de ayer les pregunto ¿Se imaginaron alguna vez cómo sería llegar al cuarenta aniversario de lo que seguro fue uno de los hechos más trascendentales de sus vidas? Bueno, ya llegó y llegó como no lo esperaban (todo un virus ya lo ven), en medio de una pandemia global que nos tiene a todxs reclutados en nuestros hogares. Tanto vos que estás leyendo esto en cualquier lugar del planeta, los músicos que tocaron aquella noche y están vivos-todos excepto Oscar Moro-, ustedes los jóvenes de ayer que acudieron al show y hasta quien escribe estas líneas, quien ni siquiera había nacido en marzo de 1980.

Quizá la respuesta no importe tanto en este presente, donde todo el mundo está yendo de la cama al living sintiendo el encierro. Pero para que el virus no nos arrebate el estado de ánimo y la vida misma, les propongo que se laven bien las manos y mantengan la distancia de un metro con quien comparten habitáculo. De esta manera, podrán zambullirse de lleno a la lectura de esta segunda parte y así no entrar en paranoia y soledad.

Nos veremos otra vez

. Cuando pensábamos que jamás íbamos a dar con una entrada,  afiche, más fotos o testimonios del recital que Serú Girán brindó el 29 de marzo de 1980 en el club Los Andes ¡Zazzzzzz! De la mano de Dante Depascuale, apareció la foto de este afiche fotocopiado que compartimos a continuación, escrito a mano por Roberto González-el responsable de llevar la banda a Punta Alta y ex dueño de la disquería Miroka-. Sí, otra vez Depascuale y su cajita mágica llena de sorpresas. Parece ser que guardar papelitos resulta importantísimo a la hora de la reconstrucción de la historia y la identidad de un lugar. Mientras que las fotos que compartimos al final de la nota, las facilitó Sergio Méndez, también oriundo de Punta Alta.

Seru Giran

“Serú Girán, sí, fue la gran banda de rock de la Argentina de la dictadura, y funcionó en una dirección imperturbable: de lo complejo a lo simple, de los cuerpos entumecidos al baile. Pero la idea la completó el público: Charly relajó con la conciencia de que la música en un momento dejó de pertenecer a la banda para ser un vehículo de catarsis colectiva”. Mariano del Mazo en “Entre Lujurias y Represión, Serú Girán: la banda que lo cambió todo.

El pasado 19 de octubre, publiqué en este medio una nota titulada “El día que Serú Girán tocó en Punta Alta”, que daba testimonio sobre la presentación que la banda conformada por Oscar Moro (batería), David Lebón (guitarra y voz), Charly García (teclados, voz y guitarra) y un jovencito Pedro Aznar (bajo, teclados y voz), había dado en el club Los Andes de nuestra ciudad, un día como hoy pero 40 años atrás en el almanaque en plena dictadura cívico militar y eclesiástica.

Dicha nota funcionó para muchxs como una develación, pero faltaban más documentos y voces que aún estaban escondidas y que son depositarias de anécdotas que decodifican un poco más cómo era ser adolescente en una ciudad sitiada por una de las bases militares más grandes de América Latina, en pleno período de secuestros, desaparición y muerte. Y de esas anécdotas narradas por quienes acudieron al show, también aflora cómo lo vivió la banda, que se encontraba yirando por todo el país por recomendación de su manager Daniel Grinbank-para continuar creciendo y salir de la cueva del lobo-, y de lo que significaba anclar, aunque sea por algunas horas, en un pueblo donde a pocos kilómetros funcionaban dos centros clandestinos de detención.

Ellos quisieron ser amigos de un chico de este pueblo

. Roberto ‘Sapito’ Guillán, es un puntaltense que reside actualmente en Mercedes, provincia de Buenos Aires. Aquel 29 de marzo de 1980 contaba con apenas 17 años y estuvo con los Serú antes del show y hasta los guió por la ciudad para comer algo. “En aquella época vivía a cuadra y media de Los Andes. Ese día después de almorzar me fui al club. Al llegar me topé con los plomos bajando los equipos y con toda la banda, quienes estaban acomodándose mientras de a poco llegaba todo el piberío de los barrios de la ciudad. Con el primero que interactué fue con Oscar Moro, luego toda la banda empezó a preguntarnos sobre el lugar, su idiosincrasia, etc.”.

Esa tarde, alrededor de las 19:30, luego de la prueba de sonido, la banda preguntó a dónde se podía cenar, antes de subirse al escenario, y Guillán recomendó ir al restaurante del COM. “‘¿Y dónde queda eso?’ preguntó la banda. A lo que les respondí, yo voy para allá, si quieren los puedo acompañar. ‘Bueno dale, subite con nosotros al bondi´, me dijo Charly”. Y agrega: “Me acuerdo que en medio del trayecto, entre zapada y algarabía total, prendieron una chala ¡¡¡Faaaa!!!! No estaba acostumbrado a que alguien sacara un faso como si nada ‘¿Querés?’, me dijeron. No gracias, yo tengo los míos (cigarrillos Particulares 30). Al toque llegamos al COM y me dicen ‘¿Qué vas a hacer ahora? ¡Quedate con nosotros a picar algo!’ Y me quedé nomás. Estaban bien, querían matar el hambre para luego salir de ahí y mandarse a mudar al club a tocar. En ese refrigerio-cena, me preguntaron una vez más por el pueblo, no les gustaba para nada. Decían ‘este lugar debe ser aburridísimo, lleno de botones, milicos’”.

 COM

Edificio del Círculo Oficiales de Mar, ubicado en la calle principal del centro puntaltense

El testimonio de Guillán viene a refutar la afirmación que dimos en la nota del año pasado, en la que decíamos-sin potencial alguno- que la banda se había alojado en el COM, y queríamos dejar asentado el error. Sólo fueron a cenar.

“Míralos, míralos, están tramando algo”

. La siguiente anécdota, llegó a través de Luis Kappy Sánchez (ex cantante de Neurus, La Corte y La Roca, entre otras bandas), quien  esa noche estuvo presente junto a los pibes de la esquina de Villa Arias. Una banda de amigos de entre 16 y 17 años que, en su mayoría, curtían rock más pesado... pero no había excusa para perderse tamaño recital. “Vi todo el show desde una ventana con un grupo de amigos de la Villa, fue increíble ese momento. En casi todas las ventanas había gente colgada igual que nosotros, tratando de ver y escuchar lo que ocurría dentro del club” sostuvo Kappy.

Mientras tanto, al ladito del club, alguien del que preferimos resguardar su identidad, montó un gran quiosquito que funcionó como trampolín para que varios pibes puedan disfrutar del, quizá, mejor recital de sus vidas.

 Los Andes

Club Los Andes en la actualidad: luce casi igual que en 1980

“Mirando de frente al club, hacia la derecha, había un pasillo con departamentos que después de caminar unos cuantos metros, conducía a un paredón que comunicaba a la parte de los baños del club. Ahí hubo un loco que ese día se hizo un billetín, cobraba peaje, los dejaba pasar y saltaban por los baños. Pero lo más loco era que le dabas la guita, plata de ahora $100, y el flaco entrelazaba los dedos para que apoyes el pie y te trepes al paredón, un genio total”, recordó Sánchez.

¿Dónde más vas a ir en un río de cabezas, aplastadas por el mismo pie?

. Como aclarábamos en la bajada de la nota, esta segunda parte ensancha aún más el anecdotario de aquella jornada que quedó grabada a fuego en lxs jóvenes que asistieron a una “fiesta”, una que se dio en medio de tanto horror y muerte. Y para clarificar esas sensaciones que se dieron entre lujurias y represión, desde Figueres (España), en plena cuarentena obligatoria por la pandemia que azota al mundo en estos momentos (*), el periodista, fotógrafo y giramundo puntaltense, Marcelo Caballero, recordó: “Era muy triste transitar el encierro de la dictadura, por lo tanto la música era nuestra única escapatoria; y con todo ese rollo en la cabeza me ví sentado en el suelo del Club Los Andes, en primera fila, frente a estos cuatro monstruos. No me preguntes cómo llegué y con quien llegué, porque no me acuerdo. Sólo sé que estaba allí y mucho tuvo que ver Roberto González de Miroka, quien nos llevó a todos los que íbamos a su disquería”.

Caballero había llegado a Serú meses previos al show en Los Andes, en 1979. Le entró por un encuentro casual que tuvo en la calle con Pepe Ortega, un rockero de la época, quien llevaba un ejemplar de La Grasa de las Capitales bajo el brazo. El impacto visual lo había flipado, y claro, la imagen funcionaba como una crítica visual a la revista GENTE, esa a la que todos los rockeros odiaban. A los días fue corriendo a comprar el disco a Miroka, que quedaba en Galería Central, donde su su dueño y responsable de llevar a Serú al pueblo, el ya mencionado Roberto González, ponía al tanto a la pendejada de toda la movida que se armaba en Los Andes, donde tocaban bandas locales y donde no hacía mucho se había presentado Vivencia.

“El grupo sonó como grupo, no había líder y eso me gustó mucho. A pesar de que Charly era el más requerido por la gente, cada uno hizo su show. Por ejemplo, Lebón se tiró al suelo y desde allí tocó las cuerdas con su boca en medio de un solo. Cuando terminó el recital, no sé cómo llegué pero me encontré entre ellos en unos camarines improvisados del club. No me dieron bola para nada, pero me dejaron estar allí. Recuerdo perfectamente que Charly hablaba sin parar con Lebón, mientras a través de un pequeño reproductor de cassette le hacía escuchar al grupo la grabación del show. Luego Charly salió solo del club  y de allí se dirigió hacia el colectivo que estaba estacionado y se metió rápidamente. Fui detrás de él y me quedé en la puerta del bondi. Al rato llegó Pedro Aznar con Lebón y Moro y me invitaron a subir. Ese recital fue como un bálsamo inspirador para mi vida posterior; lo recordaré siempre como una de las cosas más bonitas que he escuché en vivo en mi adolescencia, marcada por el ritmo de una dictadura”. 

Seru Giran

Quien asoma detrás de Daniel Grinbank, quien está de barba y campera de jean, es Marcelo Caballero

Nuevas fotos

 Seru Giran

 

Charly en pleno show. Detrás uno de los plomos de Serú

 

Seru Giran

Héctor Starc sonidista de Serú Girán

 

 Seru Giran

 

David, Pedro y Moro en plena zapada

Seguramente van a seguir apareciendo más documentos históricos, no sólo de este show en particular, sino de artistas como Litto Nebbia, Sandro, Vivencia y otros tantos más que tocaron en este rincón del país, donde funcionaron dos centros clandestinos de detención (Base de Infantería de Marina ‘Séptima Batería’ y el buque “ARA 9 de Julio”); donde semanas previas al golpe militar, el contralmirante Luis María Mendía eligió la sala del cine Comodoro Martín Rivadavia de la Base Naval Puerto Belgrano, para informar que se avecinaba ‘una guerra para preservar la ideología occidental y cristiana’ (cita de nota de Diego Martínez/Página 12 vía Juan Provéndola), y hasta planificó junto a una gran comitiva cómo iban a ser los vuelos de la muerte y donde  también se paseó libremente Alfredo Astiz (ya sea en piletas de la BNPB o en boliches de Punta Alta).

 

(*) Aclaré sólo que Marcelo Caballero respondió desde su aislamiento, porque fue el único que dio su testimonio en época de Coronavirus

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Informe especial para Punta Noticias escrito por el periodista Javier Tucci.

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