“Un viernes 13 de marzo cerramos nuestras puertas (las instalaciones se encuentran ubicadas en el Club Rosario Puerto Belgrano) por la pandemia del COVID-19 y empezamos a entrar en los hogares de las familias de 3D”, iniciaron su relato las profesoras Fernanda y Daiana Drendak.

Con la angustia de la compleja situación económica pero la tranquilidad de preservar la salud de cada alumna/alumno y de los profesionales que desarrollan sus tareas, lograron sortear algunos de los obstáculos de la emergencia sanitaria.

“De repente comenzamos a construir pequeños gimnasios en nuestras casas, y todos nos convertimos en camarógrafos, decoradores, coleccionistas de tarritos y tubitos de cartón, en profes, maestros, cuantos papeles en esta película que nos presenta la vida”, indicaron.

Y agregaron: “Corrimos mesas, sillones, sillas, hasta las camas para encontrar ese espacio. El teléfono celular se convirtió en una súper cámara atajada por macetas, almohadones y otros elementos”.

Es que las hermanas Drendak a través de videollamadas, con la aplicación Zoom, realizan clases virtuales los martes y jueves por la tarde (click acá para comunicarse aquellos que se quieran sumar).

“Cuantas paredes marcadas de piecitos por las verticales. Gatos que no dejan hacer abdominales porque juegan con el pelo. Mantitas transformadas en colchonetas. Colchones viejos recuperados para entrenar. El perro que piensa que estamos jugando con él”, contaron.  

“Pero lo más importante, el papel protagónico de esta gran película, son ellos, nuestros alumnos, quienes nos alegran con sus videos de lo que practicaron, sus saluditos, sus audios de WhatsApp, son todo lo que está bien. Definitivamente, son el motor que nos mueve a todos los adultos, son por los que uno saca fuerza día a día para seguir adelante”, manifestaron.

“Agradecemos a cada mamá y papá por seguir confiando en nosotros, por querer que 3D del Club Rosario siga de pie, por brindarnos la posibilidad de ser parte de la vida de sus hijos. Muchas gracias”, sentenciaron.