PUNTA ALTA
19 de Abril de 2024

DEPORTES

Manuel Forrest: “Terminé amando a Punta Alta”

29 de Mayo de 2020

Fue figura en Sporting, junto con Barney Mines, en la Liga B de Básquet. Actualmente se encuentra radicado en Louisville (Estados Unidos) y dialogó en exclusivo con PuntaNoticias. “Todavía juego, estoy en una liga de mayores de 50 años”, manifestó. Mirá sus imperdibles anécdotas.

Manuel Forrest: “Terminé amando a Punta Alta”

¡La cancha se venía abajo! ¡Era un espectáculo verlos jugar! ¡Los americanos eran muy buenos! Todo amante del Básquet coincide y recuerda a Sporting como uno de los grandes equipos de la historia de nuestra ciudad. El público desbordaba el estadio de Altense, para acompañar en la Liga B (ahora denominada Liga Argentina) de Básquet en las temporadas 1985/86

Manuel Forrest supo ser una de las figuras del conjunto conducido por el recordado Adolfo Lista. Formó una pareja temible con su compatriota Barney Mines. Roberto Capaccioni, Ricardo Porta, Gustavo Márquez, Osvaldo Agalupe, Gabriel Cintioli, Edgardo Simoncini, Víctor Duckart, Daniel Sánchez, Daniel Fernández y Daniel Brasnaroff completaban un elenco súper competitivo. Luego se sumaron Marcelo Pla, José Mallemaci, Julio Hilgert y Alberto Paoli. En ese entonces el presidente de la subcomisión de la disciplina era Rodolfo Crespo.

A los 57 años y desde la ciudad de Louisville, ubicada en el estado Kentucky al sureste de Estados Unidos, Forrest dialogó en exclusivo con PuntaNoticias y recordó imperdibles anécdotas.

“Cuando llegué a Buenos Aires, le pregunté a la gente que me esperaba si era la ciudad donde iba a jugar y me dijeron que no, que teníamos que coger un avión hasta Bahía Blanca. Ahí aterrizamos y volví a preguntar porque me gustaba y una vez más me dijeron que no. Subimos a un automóvil, conducimos por unos 15 o 20 minutos y no veía nada más que hierba y campo”, comentó el espigado dorsal número 9 del conjunto rojinegro.

Manuel Forrest: “Terminé amando a Punta Alta”

Y agregó: “Llegamos a una señal que decía bienvenidos a Punta Alta, asique recuerdo que entramos y al rato le pregunté al interprete donde estaba el centro de la ciudad y me respondió estás en el centro. Tan pronto como me lo dijo me di vuelta, miré detrás de mí y vi un caballo cruzando la calle solo. Ahí me dije que demonios soy. Nunca lo olvidare y quien diría que terminé amando a Punta Alta”.

“Cuando llegué a Sporting era casi famoso en Estados Unidos por jugar al Básquet. Al principio no me sentí demasiado respetado, sentía que no se daban cuenta quien era yo. Los periodistas estaban prestando especial atención a Barney Mines y un reportero me cuestionó porque no estaba en el draft de la NBA, por lo que lastimó mis sentimientos. Vine a la Argentina y no sabían de mi situación. Yo era un buen jugador y ellos no lo sabían. Recuerdo el primer partido, fue difícil, Barney no estaba jugando bien y con el resto del equipo sacamos adelante el partido (vencieron 87 a 85 a Liniers). Fue una sensación increíble. El público era genial. Con Barney tuvimos una relación increíble, nos llevamos muy bien”, explicó quien luego pasó por Pacífico, Olimpo y Gimnasia y Esgrima de Pergamino, entre otros.

“El último equipo en Argentina donde estuve fue Quilmes de Mar del Plata (2001). Ahora estoy en mi ciudad natal. Me encuentro bien. Estoy socialmente distanciado del virus (COVID-19), respetando las medidas”, manifestó Forrest.

“Todavía juego al Básquetbol, estoy disputando una liga de mayores de 50 años. Estuve jugándola por seis años, soy el LeBron James (estrella de Los Angeles Lakers) de la liga, porque fui a la final seis veces y la gané tres”, sentenció quien llegó a jugar con grandes como Michael Jordan, Patrick Ewing o Chris Mullin en el equipo All-American de McDonalds de 1981.

Manuel Forrest: “Terminé amando a Punta Alta”

Roberto Capaccioni: “En el primer entrenamiento la cancha estaba llena”

“Me acuerdo que fuimos junto con Ricardo Porta a buscarlos, en una Coupe Taunus que yo tenía. Sólo llegó Mines y Forrest se bajó en Río de Janeiro (Brasil). Imaginate en esa época no había teléfono celular, nada. Llevamos a Barney al hotel y se quedó con Willie Scott, que había viajado en el mismo vuelo. Nos volvimos solos a Punta Alta porque teníamos que trabajar a la mañana siguiente. Después logramos comunicarnos con Manuel y a los dos días llegó”, relató

“Ahí ya fui en avión a buscarlos. Me acuerdo que era de tarde y Manuel tenía hambre. Íbamos caminando por calle Florida y estaba todo cerrado, todos los lugares tenían las sillas sobre las mesas, hasta que encontramos a un hombre acomodando la barra y entramos. Me había comprado un diccionario de inglés a español para entender un poco más. Manuel quería carne, entonces pedí un sándwich. Cuando se lo trajeron le sacó el pan y se comió la carne. Nos reímos muchísimo, ellos eran muy buenos muchachos, con una humildad bárbara”, detalló el ayuda base, que además era capitán de Sporting.  

“Llegamos al aeropuerto de Espora y yo había dejado el auto ahí para volver. No entraban en el coche, Manuel era enorme y no entraba. Veníamos muy apretados. Lo increíble fue cuando llegamos al Hotel Punta Alta que había mil personas esperándolos, y en el primer entrenamiento la cancha estaba llena. Recuerdo que a Altense le estaban haciendo modificaciones y la gente se metía igual para verlos. Todavía veo los videos y me sorprendo lo bien que jugaban. Fue una época hermosa que compartimos. Hicimos historia”, concluyó Capaccioni.

Manuel Forrest: “Terminé amando a Punta Alta”

 

 

 

 

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